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Se publicó recién en inglés hace diez años, pero ya en ese momento, la versión original de “El Eternauta” era un clásico incuestionable del cómic latinoamericano, gracias al desarrollo de un concepto novedoso que fue lo suficientemente sólido como para imponer su propia mitología.
Entre 1957 y 1959, recurriendo a la publicación en episodios que era habitual en esa época, el porteño Héctor Germán Oesterheld le dio vida a un relato fascinante que se ubicaba en un Buenos Aires futurista para presentarnos a los supervivientes de una invasión alienígena con connotaciones mucho más complejas de lo que se podría suponer, en consonancia con el activismo político que profesaba el escritor.
De hecho, aunque la primera versión de “El Eternauta” manejaba de manera discreta las alusiones de tinte ideológico, la segunda (que surgió a mediados de los ‘70) las acentuó; y pasó lo mismo con las otras historietas que Oesterheld comenzó a dar a conocer paralelamente, y cuya abierta rebeldía fue de la mano con su militancia en las filas de la guerrilla de Montoneros y su eventual desaparición (y probable ejecución) en manos de la dictadura militar que dominó su país entre 1976 y 1983.
A lo largo del tiempo, “El Eternauta” se ha visto enfrentado a diversos intentos de adaptación para el cine y la televisión que no prosperaron, desde la serie animada que se iba a hacer supuestamente a fines de los ‘60, pero que no se concretó ante la falta de presupuesto, hasta la película dirigida por Lucrecia Martel (“La mujer sin cabeza”) que se truncó por desacuerdos con la familia de Oesterheld, pasando por el proyecto igualmente cinematográfico que había despertado el interés de Adolfo Aristarain (“Martín (Hache)”), pero que no llegó a buen puerto por razones financieras.
Es por eso que llama la atención que la serie televisiva inspirada en la ambiciosa novela gráfica sea ya una realidad, más allá de que hayan pasado cinco años desde que Netflix, la casa que la produce, anunciara su realización, puesta en las manos de Bruno Stagnaro, un director que, sin tener las credenciales de Aristarain o Martel, es ampliamente reconocido no solo por haber estado detrás de la popular cinta “Pizza, birra, faso” (1998), sino también por la labor del mismo tipo que desarrolló en “Okupas” (2000), un serie de culto que incrementó su popularidad en el 2021, cuando fue relanzada por la misma plataforma de ‘streaming’ que mencionamos en este párrafo.
Ricardo Darín y el director Santiago Mitre revisan el juicio contra la dictadura militar de su país en ‘Argentina, 1985’
Ahora, la primera temporada del show, que tendrá seis episodios, cuenta con fecha de estreno (el 30 de abril), lo que son grandes noticias para los fans que quedaron entusiasmados con el ‘teaser’ que se lanzó hace cuatro meses. A pesar de durar solo 1 minuto y 15 segundos, el video planteaba las bases de la historia, le echaba un vistazo a la estética empleada y, claro está, nos mostraba al protagonista Juan Salvo, interpretado por Ricardo Darín (“El secreto de sus ojos”, “Argentina, 1985”), uno de los actores más icónicos del cine latinoamericano.
Curiosamente, el mismo adelanto insinuaba que se trata de una versión trasladada a los tiempos actuales, lo que llama la atención cuando se sabe que la idea de Martel de desarrollar la trama en el presente fue supuestamente el desacuerdo más grande que tuvo con los herederos de Oesterheld, quienes se encuentran detrás de la presente serie, ya que Martín M. Oesterheld, nieto del mismo autor, participó en ella como consultor creativo.
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